Contrabando & Traición

…o lo que es lo mismo: La vida antes y después de MTV.

¿Qué jijos de la jijurria tienen que ver Los Tigres del Norte, Mick Jagger, El Pantera, Hip 70, MTV, y Aerosmith?, ¿qué pinchurrienta trama es esta Ragazziano?; veamos dijo un ciego.

Verano-Otoño del siete ocho. “Ya’stá, alcancé a juntar unos cuantos varos”, tiempo de ir a San Ángel, dejar una vez más los entrenamientos de la selección de soccer o las clases de teatro de la prepa, para checar nuevo material en la única tienda de discos respetable de la era, junto a el excuatazo Jorge P. , P de El Pantera o P de Pachequísimo, cualquiera en vez de su apellido. Él a lo suyo, sábanas pa’l forje, sí señor, vaya que le atoraba; del otro lado, pendejeando en los botaderos de discos y alelado por los megapósters (de piso a techo) de Kiss, Alice Cooper y del Bowie, me pasaban las moscas en plena cara, ¿y yo?, repito, en la leeela, pero, como todas las casualidades, cual cliché de película gringa, volteo a otro botadero, veo una portada con rayas tenues y manchas de chesco, acto seguido le digo al Panther: “mira cabrón (aún no se estilaba el “wey”), es del Aerosmith”, “no mames ya está usado y manchado”, dice, ” nel, está cerrado”, respondo, ambos: “¡órale, está nuevo!”.

El DJ hizo su chamba, con toda delicadeza, propia de quien tiene en sus manitas un vinil (de los 2 que conforman el álbum) recién llegado de USA, conteniendo material de colección de conciertos del 73 hasta el 78, con valor de unos 350 morlacos de la época, lo coloca en el tornamesa, en la pista 1, lado B, del disco 2. No había visto un cabrón que probara un vinil con tanta sutileza (después de mi), seguro que era un realy fucker mother DJ, quería que invirtiera mis ahorros de toda la temporada en ese disco. Mientras escuchábamos I ain’t got you, yo extraía el booklet y mi expresión ibacambiando conforme lo desplegaba: fotos y carteles de la gira, “¡’stá chingón!”. Resultado: contra DJ´s cabrones, buenas rolas y fotos picudas, no se puede…




Directo y sin escalas al cantón del Panther y su consola Stromberg Carlson estereofónica, puesto que en el mío estaban vedados esos sonidos. El Aerosmith a todo lo que daba, ¡y en vivo!, vaya que sí tenía punch ese disco. “La mera buena, Dri-mon, póntela”, ¡aah qué chingón!



Antes de salir a cotorrear, “un parcito más: Comtugueder…”



… yyyy esta mera”: 6:45 minutos de homenaje rockero a The godfather of the soul, y el resto, hasta completar 11:36 minutos con otra rolaza.





Giró el mundo. Ubicados ya en los ochenta y tantos, la era de la inmediatización visual, el boom de los videos musicales. Hay que salir de los recovecos, vender discos a través de imágenes, a como fuera, no importa tanto la música; pregúntenle a A-Ha y demás. Por desgracia, para mí, Aerosmith no queda excluído de esa fiebre ochentera del MTV, sus posteriores trabajos (tal vez hasta Pump) no alcanzan ese calibre que me sedujo para bootlegearme ese discazo. Ni hablar, me aplicaron la de Camelia La Texana: “…la traición y el contrabando, son cosas incompartidas…”.

Ojo: Jagger + Tyler = Los hermanos Rigual… de trompudos.


Nota de Redacción: Ragazziano agradece la desinteresada y espontánea colaboración del PachaRocker.PachaRocker (D.R.) aparece por una cortesía de Microsoft y Carlos Slim.

La rukola Stromberg Carlson presenta


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